Pequeña librería urbana en New York
Estamos en la era de la globalización, donde compartir es el nexo de unión de la cultura.
Pese a la aparición de los ebooks, el libro en papel sigue siendo la estrella de los que buscan afanosamente el intercambio de ideas y el mercado libre. Bajo este concepto surgen nuevas ideas adaptadas a nuestra vida cotidiana que nos acercan la cultura a pie de calle, para crear itinerancia entre los ciudadanos.
Como ejemplo de ello, los venezolanos Marcelo Ertorteguy y Sara Valente, han creado este puesto a pie de calle para que la gente lea, observe y comparta su gusto por las obras literarias.
Little Free Library, que así se llama esta pequeña librería interactiva, está situada en las calles de Nueva York. ¿Que mejor escenario para poner a prueba la curiosidad de la gente?. Sin duda y como no podía ser de otro modo, la respuesta del público no se ha hecho esperar y la sinergía entre los participantes ha hecho posible que se cumpla su cometido.
Una especie de cabina donde los usuarios pueden sumergirse y navegar a través de libros para prestarlos o intercambiarlos. La estructura está construida con un revés de depósito de plástico. Las perforaciones alrededor del tanque permiten a los visitantes previsualizar el interior invitándolos a pasar por debajo y descubrir la colección de libros sin dejar de tener una conexión con lo que está ocurriendo en la calle.
El concepto librería puede adoptar muchas formas para adaptarse a las nuevas exigencias de nuestro estilo de vida, sin embargo y pese al cambio que experimenta el mundo editorial, compartir es el verdadero valor de la cultura.
Junk Culture / Fuente de referencia.
Pilar Marín Fdz.Balderas
Muy original. La idea de intercambio , me gusta , pero más el OBJETO ,reciclaje , sencillez y materiales baratos…pero , me gustaría saber qué ocurriría con la experiencia en cualquier parque de España…me temo , que al día siguiente estaría hecho añicos…( he leído en los enlaces que están situados en sitios semi-cerrados , colegios…).
Particularmente, no renuncio a “sentir un libro” como objeto, su encuadernación , el tacto de su papel , incluso su olor..la tipografía, maquetación etc.; así que no me importaría que hubiese un inventito de estos en mi barrio….